“Tratándose de mujeres nada viene bien”


Esta nota se publicó en Volantín, diciembre 06. Hace bastante que la quería subir. Hoy la vi a Leonor Benedetto con Mirtha Legrand y volvió a mi mente. Fue un placer charlar con esta mujer, que me sorprendió con su inteligencia y calidez.


No importa su edad cronológica, tiene los años que el interlocutor le quiera adjudicar. Leonor Benedetto irradia una juventud que queda plasmada en sus movimientos, poses y reflexiones.
La actriz y directora estuvo en Tucumán para presentar su película, “El Buen Destino”, en el Primer Festival de Cine Argentino de Tucumán 06, que se realizó entre el 26 de octubre hasta el 1º de noviembre, en la provincia.
Bella, seductora y pálida son los atributos que comúnmente se le han adjudicado a esta paranaense, que nació 30 de octubre de 1941. Ella es esos adjetivos gastados y más: También es una mujer consecuente, una característica un tanto exótica, pese a que se crea común.
Según Benedetto, esa personalidad, que la llevó a vivir un poco a contramano, es un regalo de su madre. “Mientas a las otras niñas tenían vestidos de colores y moños, a mí me vestían con tonos oscuros. Detestaba ser diferente, pero creo que mi mamá me vio, desde chica, esa característica y se lo agradezco profundamente, porque aprendí a no ir por donde va todo el mundo. En algo tan, aparentemente, banal, como puede ser el vestido de una nena, había un mandato ‘no tenés que ser como todos’. Detrás de la manera que nos presentamos, habita algo bastante profundo. Si estoy con lentejuelas y plumas, pintada desde las 8 de la mañana, es un mensaje; si estoy de jean y camiseta es otro”, explica, calmadamente, la artista, con una claridad que hace que encuentre el concepto justo.

A lo largo de tu película se plantea la dicotomía “No pienso igual que ud., pero lo respeto”, ¿No creés que esa tolerancia nos falta a los argentinos?

- Me resulta amenazante el pensamiento diferente al mío, cuando la persona que lo emite pretende convencerme y convertirme a su forma de ver las cosas. Mientras eso no ocurra, puedo debatir, discutir y vivir con alguien totalmente diferente a mí. Me parece un ejercicio muy difícil, que es la base de la vida cívica. No hay convivencia ciudadana posible sin eso. El que piensa distinto no es mi enemigo. No tengo que aniquilarlo. Es más, puedo ser amiga de alguien totalmente diferente. En una época tuve una amiga prostituta y nunca se me ocurrió dedicarme a lo que ella hacía. Voltaire decía: “Estoy completamente en desacuerdo con lo que UD acaba de decir, pero defenderé, hasta con mi vida, su derecho de decirlo”.

Hay un prejuicio que dice: “Dime con quien andas y te diré quien eres”, ¿Nunca te afectó?

No me da miedo con quien me vean. Además aprendí que algunas cosas no son contagiosas (risas). A veces, incluso, me da escozor que me vean con alguien “políticamente correcto”. En general, tengo pocos miedos. La tolerancia es un ejercicio difícil y creo que la Democracia, como esquema de vida, es muy difícil de llevar a cabo. En realidad, no sabemos cuales son sus verdaderos bordes, dentro de los que nos tenemos que mover para ser una comunidad democrática.

¿Te pasó que te juzgaran por otra cosa que no fuera tu talento?

-Todo el tiempo.

Benedetto asegura que tratándose de mujeres “nada viene bien”. “A Segonele Royal, que es una mujer atractiva, le dicen si cree que la política es una pasarela. A Michelle Bachelet, durante su campaña presidencial, sus detractores le dijeron ‘gordita’: Argumentos arteros sucios, que en el fondo denotan poca inteligencia”, sostiene.

¿Cómo es tu relación con la fama?

-Sigue siendo mi trabajo convivir con el personaje. Cuando estoy con gente debo manejarme con mucho cuidado. No soy de esos artistas que se deben a su público, me debo a mí .Con la audiencia tengo las cuentas en orden. La única obligación que tengo con mi vida es hacer algo útil y feliz, en la medida de mis posibilidades, pero no puedo torcer mi destino para hacer lo que los demás quieran, si coinciden con mis deseos bien. Pienso que las personas no te quieran más o menos por lo que decís. Tienen que aceptarme como soy. Si no, estoy dispuesta a pagar las consecuencias. La otra, dejar de ser yo para convertirme en algo, es mucho más cara.

Vos interpretaste a Lola Mora, en el cine ¿Qué viste de ella en vos?

Entre los actores fluye la idea de elegimos los personajes, pero en realidad me parece que son ellos los que nos escogen. Fue muy movilizante hacer de Lola, porque una cosa es hacer
un personaje de ficción y otra es decir esta mujer vivió y la pasó muy mal. Tenía ganas de ofrecerle una revancha. Fue muy denso interpretarla y costoso, emocionalmente. El tiempo que duró el rodaje estuve con la sensibilidad a flor de piel. Era un desafío porque ella es un símbolo y ya está muerta. Me produce mucha emoción la vida de mujeres talentosas, que por el sólo hecho de su género fueron atacadas, injustamente. Si Lola hubiese sido hombre no se le hubiese cuestionado nada.

¿Creés que ser actriz te ayudó a dirigir?

Sin duda, y no fue demasiado difícil. Fue fluido y armónico el pasaje. Es probable que también haya sido por el grupo de actores con el que trabajé, hay cerca de siete ‘monstruos’ en el elenco. Gente que al conocer tanto la profesión me respetó desde le principio. Fue una experiencia profundamente gozosa.

También fuiste guionista del filme. ¿Te sentiste identificada con algunos de los personajes?

Si soy una mezcla del director de cine y quizás tenga un poco Solange, ya que, como a este personaje, se me exigió muchas veces cambios más drásticos de los que yo podía hacer o se me rechazó de círculos muy idiologizados, porque estaba siempre guapa y perfumada, lo que se consideraba una frivolidad. Y con una pizca de Elisa, quien tiene el bebé, ya que me sentí muchas veces sola frente a la adversidad, como ella que pare sola y en ningún momento su cara significa aceptación, sólo sigue.
Benedetto habla con paz y tranquilidad; no duda. Quizás el ejercicio de ir contra la corriente, que práctica a diario, le ayudó a lograr la comodidad y soltura de quien vive como piensa.

Ficha

  • Leonor Benedetto nació el 30/10 en Paraná. Es la mayor de tres hermanas. Tiene tres hijos.
  • En Buenos Aires probó suerte en medicina y Filosofía y Letras, las que abandonó para anotarse en el Conservatorio de Arte Dramático.
  • Su primera aparición fue en 1970 en “El santo de la espada”; luego, vinieron Rolando “Rivas taxista” (1972) y “Rosa de lejos”(1979).
  • En total, Leonor rodó 18 películas. En el 2005 presento “El buen destino”, película escrita y dirigida por ella. Su último trabajo en TV fue en Hombres de Honor.
  • Su próximo filme a dirigir será "La mujer menos pensada", también escrita por ella.


Sinopsis del Buen Destino

El Buen Destino es la historia de un pueblo que quedó al costado de la autopista, al costado de la civilización y el progreso, pero también al aislado del capitalismo salvaje y del sálvese quién pueda. Alí todavía son posibles la utopía y la solidaridad. En ese pueblo, cinco hombres, cuyas edades son dispares tanto como sus ocupaciones y su grado de desarrollo cultural y espiritual, le harán frente a la falta de trabajo.

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