Una disertante de lujo

Foto de Analía Jaramillo, para LA GACETA, de la que me apropié.


La periodista y crítica de Arte Alicia Arteaga disertó, ayer, en el centro cultural Virla, invitada como disertante en los ciclos de La Gaceta. El tema de la charla fue “Panorama del arte contemporáneo en la Argentina, en el siglo XXI".
La exposición fue muy amena. Arteaga sabe muchisimo de arte y es un placer escucharla. Además, habla con gran naturalidad.
En algún punto, la conferencia trató de dar una respuesta a qué es el arte y cuales son sus límites, ya que en el siglo XXI surgieron corrientes, como el dadaísmo, que tiene a Marcel Duchamp como máximo exponente, que rompen estrepitosamente la ligazón con la tradición pictórica clásica y las obras empiezan a ser más conceptuales (por ejemplo, el famoso megitorio de Duchamp).
Lo que más llamó mi atención fue lo que mencionó Arteaga sobre lo que, podría llamarse, el cambio de rol del arte y los museos, en la sociedad. La crítica explicó que el arte dejó ser un elemento de la cultura, en el sentido estricto, y pasó a ser de ocio y placer. Fenómeno, que dijo, queda evidenciado que cada vez las noticias relacionadas al arte ganan más espacio en los diarios y en la sección de espectáculos.
Según la periodista, con la masificación del arte, el museo dejó de ser ese lugar solemne, casi exquisito. Ahora, muchas veces gracias al marketing, los museos son sitios interactivos, de encuentro, que pueden llegar a cambiar a una ciudad. Específicamente, se refirió a Bilbao (España), que la ingresar a la Comunidad Económica Europea se dispuso que debía dejar de ser una ciudad astillero, es decir donde se construían barcos. Pero ninguna otra industria parecía funcionar. Así, a alguien se le prendió la lamparita y le propuso al Guggenheim de Nueva York abrir una sucursal en Bilbao. Así se contrató al arquitecto, canadiense, Frank Gehry y marketing de por medio el museo destacó a Bilbao en el globo. “Hoy en día España es uno de los países que más museos tiene y que ofrece una de las agendas culturales más importante de Europa”, sostuvo Arteaga.
También, contó como Rudolph Giulani, durante su gestión como alcalde de Nueva York, fue quien más dinero aportó para la ampliación del MOMA (Museo de Arte Moderno de Nueva York) . La mujer aseguró que el total de la obra costó unos 600 millones de dólares y que el ex alcalde, ahora candidato a presidente de EE.UU por el partido republicano, desembolsó 200 millones de dólares. “Cuando le comenté al director del museo, Glenn Lowry, mi sorpresa de que un funcionario público haya dado esa cantidad de diner,o para un edificio privado, el hombre me dijo 'porque Giuliani es un hombre inteligente. Sabe que la ampliación del MOMA generará un día más de estadía en la ciudad, es decir cuatro comidas y por los menos dos taxis y dos subtes'”, contó la periodista.
Afortunadamente, estuve en el MOMA. Es realmente increíble. Y creo tengo la autoridad para decir que un día para verlo no es suficiente.
A su vez, ya conté en otro post mi experiencia en el museo de Atlanta. Al Guggenheim, no lo conozco, pero estuve en España. Allí pude apreciar, además de los museos tradicionales -com el Predo, en Madrid- de la "Ciudad de la Ciencias y las Artes", en Valencia. Una obra, diseñanada por el ingeniero Santiago Calatrava, que en sí ya es una maravillasa. En 2001, cuando lo visté, el proyecto no estba terminado. Aún así, atraía a miles de turistas, que como yo, no querían irse de Valencia sin conocerlo.
Realidades que distan mucho de los museos tucumanos. Quien va a querer hacer un exposición en un museo en el que se roban las obras, como el Timoteo Navarro.
Justamente, ayer, se publicó que en La Ramada, Buruyacú, el casco antiguo donde descansó el general José de San Martín, más de un mes en 1814, y planeó el cruce de los Andes se cae a pedazos. Ese lugar debería ser una mina de oro.
Concuerdo con Artega que el arte y el turismo son aliadas, pero que se hace en la provincia, donde hay artistas como Sandro Pereyra - quien se destacó en ArteBa con su homenaje al sanguche de milanesa- para que se unan. ¿Cuál es la oferta cultural después de la Casa Histórica? Con esto no digo que no haya, sólo, que no se la conoce.
Arteaga estaba contenta con la concurrencia a la charla y lo atribuía al impulso, que en los últimos años, ha tenido los temas relacionados al arte. Mientras, yo estaba desilusionada por que no había ido ni la mitad de gente que fue a otras charlas, como la de Víctor Massud o Guillermos Jaim Etcheverry, parece que los tucumanos siempre vamos un pasito más atrás.
Otra cosa que me enfureció es quee la gente no apague sus celulares y encima era siempre la misma persona. ¡¿ Qué hacen que al primer sonido no lo pagan?! Incluso la disertante tuvo que decir: “Creo que hay u n teléfono que suena”. MALISIMO.
Por supuesto que habló de muchas cosas más sobre todo de la importancia de las ferias y bienales, para que los artistas den a conocer su trabajo. “El arte es un sistema de tres patas en el que se sostienen recíprocamente los distintos protagonistas que intervienen en ese circuito: el artista, el mercado y el museo”. También explicó la importancia de la figura del curador, que es una suerte de editor de las muestras, quien selecciona que se va a presentar.
Por último me quedo con un frase que me parece que es de Arthur Danto, que Arteaga mencionó, que sostiene que siempre que volvemos a ver un cuadro encontramos algo distinto, pero que en realidad los que cambiamos somos nosotros.